martes, 12 de abril de 2016

UN FINAL FELIZ

Me asomé a la ventana y... ¡no podía creer lo que estaba viendo¡ Era un perrito abandonado. Salí corriendo a ver si lo podía coger, porque el día de antes desapareció un perro por esta misma zona. Al salir estaba asustado y lo pude coger con facilidad. Le llevé al veterinario, porque cojeaba de una pata, se lo curaron y nos fuimos para casa. de camino apunté el número de la dueña y finalmente llegamos a casa, donde lo bañé y le dí comida. Nos acostamos y al día siguiente al salir a dar el paseo nos encontramos a la dueña y muy agradecida acogió al perrito. Ahora al salir por la mañana, siempre me lo encuentro y felizmente acude a mi encuentro.

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